Cuidar a un familiar o amigo con diabetes tipo 2

Estar al cuidado de alguien con diabetes tipo 2 puede ser un desafío. ¿Por qué? porque la enfermedad comienza en la edad adulta y, es posible, que quienes la padecen crean que es difícil adaptarse a la necesidad de recibir ayuda o tener que hacer cambios en su estilo de vida. Es fundamental que puedas identificar o reconocer el modo de apoyarlos en este proceso. Al mismo tiempo, es importante que cuides de vos en este camino.

Si es la primera vez que cuidás a alguien con diabetes tipo 2, tenés que aprender sobre la enfermedad y a reconocer cuáles son sus complicaciones.

Hora de pensar y crear un plan de atención

Cuando tengas la información necesaria y logres comprender lo que puede llegar a ocurrir con la diabetes, crear un plan de atención junto a quien cuides puede ser un buen punto de partida.
Una idea para eso, y para que este tiempo se torne más llevadero, es que te sientes a escribir con la persona que asistís. La guía de un profesional de la salud sería apropiada si la considerás necesaria, sobre todo para no dejar de lado aspectos esenciales. 

Algunos pasos que pueden servir de ayuda: 

• Comidas: la dieta y la diabetes tipo 2 están estrechamente vinculadas, por lo que es importante equilibrar qué, cuándo y cuánto come la persona que cuidás y ayudarla a tomar decisiones saludables.
• Estar activo: el ejercicio regular ayuda a mejorar el control del azúcar en sangre y a evitar complicaciones de salud. Hacé que la actividad física sea agradable y forme parte de la vida cotidiana de la persona que cuidás.
• Medicamentos: ayudalo a que siga el plan de tratamiento recetado por su médico. Informate sobre el tratamiento de la diabetes tipo 2 con antidiabéticos orales, agonistas del receptor de GLP-1 o insulina.
• Control del azúcar en sangre: recordale a quien cuidás que controle sus niveles de azúcar en sangre ¡y alentalo! Obtené más información sobre cómo podés ayudar a monitorear el control de azúcar en sangre.
• Cuidate: cuidar a alguien requiere que estés bien y en buenas condiciones. Esto significa priorizar tus propias necesidades también: dormí bien, alimentate bien, controlá tu estrés y, de ser necesario, buscá ayuda profesional.
   

Cuidar tu salud y tu bienestar no puede quedar para después: el desgaste físico y emocional es una realidad y vos sos tu prioridad.