¿Playa, montaña, campo, ciudad? El verano te invita a querer alejarte
de la rutina y te incita a emprender una escapada a tu paisaje
preferido. Sin embargo, pueden existir algunos contratiempos si no
planificás bien y no tomás algunos recaudos en cuanto a tu salud.
La temporada de calor supone un cambio en las circunstancias de la
persona que vive con diabetes y esto puede influir en su control
metabólico. Es decir, si modificás tu estilo de vida, si contás con
más tiempo libre, si tenés otros horarios en la alimentación y
programás otras actividades, tenés que tener en cuenta que deberías
ajustar tu medicación. Es recomendable siempre ante un cambio así de
significativo en tu rutina, consultar con un profesional de la salud
para despejar dudas.
Por un lado, a la hora de viajar, la medicación es un aspecto
fundamental; y por eso la planificación cobra mucha importancia. Si
vas en avión, siempre tenés que llevar un informe que especifique que
la medicación tiene que ir en cabina. No te olvides de llevar los
elementos primordiales de tu tratamiento como: agujas, lancetas,
medidores de glucosa, jeringas, catéteres, pilas para la bomba de
insulina y glucagón para afrontar posibles episodios hipoglucémicos.
Si te administrás insulina, se aconseja llevar más cantidad, así
como también más agujas. Además, una heladerita es recomendable en
caso de que la temperatura ambiente sea muy alta o muy baja. Siempre
tu insulina debe estar lejos del sol.
En el caso de los antidiabéticos orales, también se sugiere llevar
el doble o triple de lo que tomás normalmente. Por eso, si viajás
acompañado, es una buena idea repartir en varios bolsos de mano los
fármacos así los transportás más fácil.
Por otro lado, la temperatura agradable y el tiempo libre durante
las vacaciones podrían incentivarte a realizar ejercicio con más
frecuencia. Sin embargo, eso puede ser riesgoso si no te controlás y
si no tomás mucha agua. El calor y la deshidratación post actividad
física es una combinación peligrosa para tu salud.
Estar mucho tiempo sentado durante un viaje en tren, avión o un auto
puede alterar los niveles de glucosa y una mala circulación de sangre
puede provocar que tus pies y tus piernas se inflamen. Para evitar que
esto pase, si estás en una ruta, se recomienda parar cada dos o tres
horas para caminar un poco y estirarte. En caso de un tren o un avión,
recorrer los pasillos es una muy buena opción.
Y por último, pero no por eso menos importante, las excursiones, los
paseos, etc. representan un gran gasto de glucosa que pueden
desencadenar una hipoglucemia. Consumir hidratos de carbono de
absorción lenta puede prevenirlas, es mejor hacer un control de tu
glucemia más riguroso y con mayor frecuencia.
Unas vacaciones inolvidables se disfrutan antes, durante y después
de un viaje. ¡Viví un merecido descanso sin preocupaciones!
Referencia:
Fundación Diabetes (2021) Llega el buen tiempo,
cuidemos nuestra diabetes en verano. Disponible en
https://www.fundaciondiabetes.org/general/articulo/299/llega-el-buen-tiempo-cuidemos-nuestra-diabetes-en-verano
Último acceso: Noviembre 2021