Cómo vivir la vida al máximo con diabetes tipo 2

¿Alguna vez pensó que la diabetes tipo 2 haría que todo en la vida fuera difícil, doloroso o ambos? ¿Alguna vez pensó que le impediría hacer realidad sus esperanzas y sueños?

Bueno, piense de nuevo y siga leyendo.

Recibir un diagnóstico de diabetes tipo 2 puede ser un punto de inflexión. Esto es cierto independientemente de cómo haya sido su vida y de qué tan bien lidie con los cambios en general.

Por ejemplo, es posible que tenga una fuerte reacción emocional cuando un médico describa cómo la glucosa en la sangre no puede ingresar en las células correctamente y proporcionarle energía.

Tal reacción no es sorprendente. Su propio metabolismo probablemente no sea algo en lo que haya tenido que pensar mucho tiempo, así que, por supuesto, todo puede ser un poco abrumador al principio. Lleva tiempo llegar a una nueva comprensión de lo que está pasando a nivel celular y hormonal.

Y lleva tiempo encontrar el tipo de equilibrio que le permitirá disfrutar de todas las actividades que lo definen y hacen que su vida sea emocionante y significativa.

Por lo tanto, si recién ha recibido el diagnostico, sepa que no está solo. Cualquier incertidumbre y preocupación que pueda sentir es principalmente un signo de que usted se preocupa por su salud.

Vivir con diabetes tipo 2 es una especie de acto de equilibrio en el que se busca constantemente el punto ideal. Manejar los síntomas de la diabetes tipo 2 significa saber cómo evitar que sus niveles de azúcar en sangre aumenten y disminuyan. Aprenda a hacer eso las 24 horas del día, los 7 días de la semana, y evitará episodios hiperglicémicos e hipoglicémicos.

Algunas personas con un diagnóstico de diabetes tipo 2 aceptan el diagnóstico en sí con relativa facilidad, y solo más adelante descubren que la diabetes tipo 2 tiene una serie de consecuencias para su estilo de vida. Y algunas de estas consecuencias pueden parecer limitaciones irrazonables. Una vez más, sentirse así es perfectamente normal.

Vivir con diabetes tipo 2 se trata de adaptarse a una nueva realidad a través de innumerables ajustes personales, y nadie lo hace de la noche a la mañana. Se trata de encontrar maneras de hacer las cosas que disfruta con moderación, con previsión y con planificación previa. Además, se trata de aumentar la comprensión que tiene de su propio cuerpo y mente para lograr, con el tiempo, al igual que un ciclista experto, mantenerse en el medio de la calle, con menos y menos dificultad.

En resumen, estamos hablando de una curva de aprendizaje. Vivir con diabetes tipo 2 es un proceso y mejorará cada vez más a medida que avance. Lograr el equilibrio implica perdonarse a usted mismo cuando se equivoca y aprender tanto de sus errores como de sus aciertos.

Hablar sobre la diabetes tipo 2 puede ser difícil. No todos comprenderán su afección de inmediato e incluso podrían tener algunos estereotipos existentes sobre la diabetes tipo 2. Pero no sea tímido, es importante informar a los demás y ayudarlos a comprender lo que le está sucediendo.

En pocas palabras, es normal desear que lo vean como alguien completamente saludable, especialmente los colegas y las personas que aún no conocemos muy bien. Es natural querer ocultarse cuando se realiza el análisis de glicemia o toma sus medicamento frente a otras personas. Y es muy frecuente pensar que la diabetes tipo 2 hará que las personas lo traten de manera diferente.

Sin embargo, puede haber grandes beneficios por ser lo más abierto posible acerca de la diabetes tipo 2. No necesariamente con cualquier extraño que conozca, sino con las personas en las que confía y con las que tiene algún tipo de relación continua.

Si esto suena poco viable, así es como podría comenzar. Comience diciéndose que la diabetes tipo 2 no es una parte esencial de usted. La afección no es su problema personal, sino uno de los principales desafíos de salud de nuestra época, que afecta a unos 425 millones de personas en todo el mundo. Pero a diferencia del 33-50% de las personas con diabetes tipo 2 que ni siquiera saben que la tienen (¡hecho real!), usted se encuentra entre la mitad que sí tiene un diagnóstico. Este conocimiento le brinda la oportunidad de controlar su afección, vivir una vida activa y saludable, y ser embajador de una comunidad que crece.

Así que no guarde la diabetes tipo 2 como un secreto. Su vida con diabetes tipo 2 es un testimonio de su fuerza y habilidad. Está ayudando a su cuerpo a hacer algo que no puede lograr por sí solo ¡y por eso merece respeto!

Por supuesto, a quién le dice y cuándo depende completamente de usted. Pero no oculte su afección y sus necesidades a las personas en las que confía. Es posible que haya días en los que necesite la comprensión de ellas.

Ser transparente puede ser muy útil en ese día laboral raro cuando no se siente al 100%. Como la mayoría de las personas que viven con diabetes tipo 2 saben, puede haber días en los que no se sienta lo suficientemente bien como para trabajar, por ejemplo, debido a dolor de estómago. La franqueza general sobre la diabetes tipo 2 pondrá a su jefe o gerente en una posición mucho mejor para comprender por qué está bien que trabaje desde su casa ciertos días (suponiendo que su trabajo lo permita, por supuesto).

Si ya está en el trabajo cuando comienza a sentirse mal, haberle informado a su jefe sobre su enfermedad con anticipación le facilitará mucho más responder con amabilidad y comprensión a su necesidad repentina de recostarse o comer un refrigerio entre comidas.

De más está decir, por supuesto, que nunca debe forzarse a desempeñarse al 100% cuando no se siente bien. Informe a las personas que hay una buena razón por la que está prestando un poco más de atención a su salud que los demás.

Si le encanta salir noche en la ciudad de vez en cuando ¡este próximo consejo es para usted!

Vivir con diabetes tipo 2 no necesariamente le impide bailar y socializar hasta la madrugada, incluso disfrutar del alcohol.

Pero buscar una fórmula que funcione para usted será crucial para su éxito. Para empezar, esto incluye NO beber a menos que su diabetes tipo 2 y sus niveles de azúcar en sangre estén bien controlados.

Si no está seguro de cómo evaluar el nivel de control y manejo de su diabetes tipo 2, consulte a su médico y hable al respecto.

Pero supongamos que se encuentra en un estado, un momento y un lugar donde puede disfrutar del alcohol sin ponerse en un riesgo grave. Considere cuidadosamente los siguientes consejos y sugerencias antes de salir.

Para empezar, cuando salga a tomar una bebida, evite cualquier cosa con azúcar agregada. Eso significa decir que “no” a todas las bebidas y cócteles en vaso largo, al menos hasta que se asegure de que no contienen licor de frutas, limonada, bebida energética, jarabe, gaseosa de jengibre, refresco de cola ni ningún otro tipo de refresco. La razón es que dichas bebidas tienen un alto contenido de carbohidratos simples y, por lo tanto, tienden a causar un pico en el nivel de azúcar en sangre de las personas con diabetes tipo 2.

Para poner las cosas en perspectiva, medio litro de refresco aporta alrededor del 60% de la ingesta diaria máxima de azúcar recomendada, ¡para una persona sin diabetes tipo 2! Pero si vive con diabetes tipo 2, los profesionales de la salud recomiendan limitar su ingesta de azúcar a una cantidad considerablemente menor. Debido a que dichas bebidas “gastan” demasiados de los carbohidratos que puede consumir en un día, su mejor estrategia es evitarlas por completo.

Las personas con diabetes tipo 2 pueden disfrutar, de forma segura, de las gaseosas dietéticas. Sin embargo, cuando se trata de endulzantes artificiales, hay buenos argumentos en ambos lados del debate, por lo que esta no es una recomendación real para beberlos.

Si tiene que elegir entre diferentes jugos, prefiera el jugo de tomate o verduras y no los de fruta (demasiado azucarados). Pero incluso el jugo de verduras debe consumirse con moderación. Si a su bebida le hace falta un toque distinto, un poco de jugo de limón está bien.

¿Y qué pasa con la comida? En primer lugar, como nunca es buena idea beber con el estómago vacío, no permita que una fiesta interfiera en su plan de comidas. Y no olvide comer un refrigerio de vez en cuando. Tenga en cuenta que es un poco más probable que haga malas elecciones de alimentos como resultado del consumo de alcohol. Además, prepárese para el hecho de que su criterio o fuerza de voluntad generales también puedan flaquear.

Si tiene ganas de comer algo salado en una fiesta, elija maní o frutos secos salados y evite las papas fritas y los refrigerios con azúcar agregada. Los frutos secos tienen un índice glicémico bajo y, por lo general, no hacen que su nivel de azúcar en sangre aumente, lo que los convierte en una buena opción.

Y no lo olvide, después de una salida nocturna a lo grande, haga ejercicio cuando haya descansado y tenga la energía. El ejercicio puede ayudarlo a recuperar el equilibrio después de recargar su sistema con algunos placeres ocultos.

“La diabetes tipo 2 no es una advertencia de que la vida como la conoce haya terminado. Pero sí es un llamado para que cambie la forma en que hace las cosas. A los seres humanos generalmente no les gusta el cambio que no buscan voluntariamente, por lo que aceptar la diabetes tipo 2 puede ser difícil al principio. Por fortuna, la vida del otro lado de su diagnóstico puede ser activa, gratificante, significativa, divertida y saludable.